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88.a reunión
Ginebra, 30 de mayo - 15 de junio de 2000


Informe de la Comisión de Resoluciones

Informe
Resolución adoptada por la Conferencia 

Presentación, discusión y adopción
 

El PRESIDENTE — Pasamos ahora al primer punto del orden del día de esta sesión, es decir, al examen y adopción del informe de la Comisión de Resoluciones que se reproduce en las Actas Provisionales núm. 19.

Pido al Sr. Öry, delegado gubernamental de Hungría, y Presidente y Ponente de la Comisión de Resoluciones, que venga a la tribuna y presente el informe.

Original francés: Sr. ÖRY (delegado gubernamental, Hungría; Presidente y Ponente de la Comisión de Resoluciones) — Tengo el placer de presentarles y recomendar la adopción de la resolución adoptada por nuestra Comisión sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo.

Aunque se presentaron a nuestra comisión 16 propuestas de resolución, por motivos de tiempo fue la única que pudimos examinar en nuestras sesiones plenarias. La Comisión de Resoluciones ha dado un excelente resultado. Ahora la OIT tiene ante sí una resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo que reconoce la importante contribución que las organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como los gobiernos, pueden aportar a la lucha contra esta pandemia universal.

El debate general sobre los efectos del VIH/SIDA en el mundo del trabajo puso de relieve la manera particular en que este asunto afecta a los objetivos de la Organización. La OIT debe considerar esta pandemia una amenaza al progreso económico y social y no ver ahí sólo un problema de salud. La propagación de la enfermedad supone la exclusión social de las personas que la han contraído y presenta, además, muchos otros aspectos negativos que afectan a la población activa, como la discriminación laboral, las crecientes desigualdades entre hombres y mujeres y el hecho de que los hijos de los trabajadores afectados queden huérfanos y se sumen al número de niños que trabajan. También las personas mayores están muy afectadas por la pandemia.

Tengo el placer de informarles de que esta resolución, que originalmente fue presentada por el Grupo de los Empleadores, ha sido objeto de gran respaldo del Grupo de los Trabajadores. Por tanto, responde aún mejor a las exigencias de los lugares de trabajo. Los gobiernos también la han apoyado porque ven en ella un instrumento importante que permite crear colaboraciones con las empresas y los sindicatos para prevenir la enfermedad. El debate se realizó siguiendo un método muy pragmático. Se invita a las empresas a adoptar medidas prácticas. Por una parte, se prevé difundir prácticas ejemplares, sistemas de seguridad y de salud en el trabajo adaptados para proteger a los grupos de riesgo. Por otra parte hay que reforzar las capacidades para elaborar políticas sociales y laborales que puedan atenuar los efectos devastadores de la pandemia en la población activa, en las empresas y, concretamente, en el sector de la pequeña empresa.

Los países en desarrollo se alegran muy especialmente de que se adopte esta resolución, que reconoce que la pobreza tan extendida y otros problemas acentúan aún más la propagación del VIH/SIDA en su territorio. Quería llamar su atención sobre un párrafo de la resolución que pide al Director General que proponga una reunión de expertos encargada de elaborar directivas internacionales sobre las medidas que se deben adoptar en los lugares de trabajo en materia de VIH/SIDA.

Esperamos que, gracias a esta resolución, la OIT multiplique sus acciones sobre el control del VIH/SIDA en el lugar de trabajo y que intensifique su colaboración con los demás organismos internacionales que se ocupan de este problema.

Agradezco, pues, muy sinceramente a los representantes de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores la ayuda que me han proporcionado para cumplir mi misión. Quiero señalar muy especialmente las buenas relaciones que ha habido entre la señora Patricia O’Donovan y el señor Bokkie Botha, y su voluntad manifiestamente común por hacer progresar el control del VIH/SIDA en el mundo del trabajo. Su actitud es una nueva prueba de que ante problemas muy graves los grupos saben hallar junto con los gobiernos soluciones mutuamente aceptables.

Original inglés: Sr. BOTHA (delegado de los empleadores, Sudáfrica; Vicepresidente empleador de la Comisión de Resoluciones) — El Grupo de los Empleadores propuso dos resoluciones a la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo del año 2000. Una sobre normas internacionales del trabajo y otra sobre el VIH/SIDA. Ambas eran para nosotros significativas, importantes y necesarias. No podemos ocultar que nos decepcionó que la resolución sobre normas internacionales del trabajo no recibiera más apoyo. Sabemos que una revisión completa, moderna y sensata de las actividades normativas de la Organización Internacional del Trabajo requiere mucho apoyo y que es apropiado y oportuno proceder a este ejercicio. Aunque la resolución propuesta no recibió suficiente apoyo, la recomendamos a la atención de los interlocutores tripartitos.

Por otra parte estamos encantados de que el proyecto de resolución sobre el VIH/SIDA recibiera tanto apoyo. Esta resolución demostró que el apoyo puede ser ofrecido por los países industrializados a lo que a veces se considera un problema del tercer mundo y que los trabajadores, los gobiernos y los empleadores pueden trabajar sobre un texto de los empleadores y producir un texto tripartito mejorado. Demostró también la preocupación que tiene el mundo por esta pandemia universal que afecta a todo el mundo, pero sobre todo a algunos grupos como las mujeres, los niños, los homosexuales, los pobres y los ancianos.

Esta pandemia no sólo mata a la gente en muy poco tiempo sino que arrasa países, comunidades, familias y deja su marca en los infectados y en los afectados, en los fuertes y en los débiles, en los pobres y los ricos.

Gran parte de nuestro debate se centró en lo que se debía destacar. Por ejemplo, asegurar que se tuviera en cuenta el efecto particular en los países en desarrollo y también los económica y socialmente desaventajados y los grupos marginados o excluidos.

El debate siempre estuvo centrado en la cuestión principal y la verdad es que nadie quiso marcar puntos. Los factores que complican la pandemia recibieron más atención sin intentar acelerar el debate y sólo algunos intentaron retrasar un poco las deliberaciones.

Señalamos al principio de las deliberaciones que ésta era una oportunidad única para que la Conferencia Internacional del Trabajo realizara una declaración de alto nivel por primera vez sobre una cuestión que tiene los efectos más devastadores que se puedan concebir en el lugar de trabajo. También señalamos que la pandemia ha estado en alza desde hace casi veinte años y seguimos siendo de la opinión de que las medidas internacionales en el mundo del trabajo desempeñarán un papel importante para reducir la cultura de la negación y que se podrían elaborar directrices creíbles y novedosas para ayudar a los encargados de los lugares de trabajo, trabajadores, sindicatos, organizaciones de empleadores y gobiernos a actuar al respecto.

Los empleadores opinan que el problema es de todos y que hay que resolverlo mediante una acción concertada de todos. También se me ha dicho muchas veces que era un problema del tercer mundo, que los países industrializados ya lo habían resuelto oportunamente, que las empresas multinacionales ya tenían el problema resuelto, desarrollando directrices, y que no era problema de la OIT sino que quienes deberían tratar la cuestión son la Organización Mundial de la Salud y ONUSIDA.

Quiero decir a los que dieron estos consejos que el VIH/SIDA ha de ser combatido en todos los frentes por todas las instituciones y en todas sus facetas. En la OIT tenemos un papel muy especial que desempeñar en el mundo del trabajo. Nuestras instituciones individualmente y también por su carácter tripartito pueden y deben eliminar el estigma y la discriminación que acompañan al VIH/SIDA. Debemos utilizar nuestros propios recursos, continuar la investigación sobre las medidas que deben adoptarse y cooperar con otras organizaciones internacionales.

Creemos que deberíamos concentrarnos en lo que mejor conocemos, el mundo del trabajo; pero también en otros grandes esfuerzos para centrar la asistencia técnica y financiera, reducir el costo de los fármacos y reorientar la asistencia internacional.

Quisiéramos felicitar a la OIT por haber organizado una reunión especial sobre el VIH/SIDA y por firmar un acuerdo de cooperación con ONUSIDA. Algunos no pudimos asistir a la reunión porque nuestra Comisión estaba reunida pero recomiendo a todos que lean las Actas.

Esperamos que pueda aplicarse la resolución y queremos centrar especialmente la atención en sus efectos.

Por último, quisiera rendir tributo a la Vicepresidenta trabajadora, la Sra. O’Donovan, y al Grupo de los Trabajadores. Creo que pudimos trabajar juntos para conseguir resultados mejores que los que hubiéramos conseguido cada uno por su lado. Además, trabajamos bien con los gobiernos que querían un resultado positivo y les estamos especialmente agradecidos a los grupos africanos y al grupo de PIEM. Tuvimos la suerte de contar con una secretaría activa y experimentada que supo actuar para conseguir un resultado positivo.

Damos las gracias al Presidente que tuvo que hacer que saliera adelante el debate, cuando parecía estancarse en los mismos asuntos. Gracias a mi propio Grupo por tanta experiencia, ayuda y dedicación.

Original inglés: Sra. O’DONOVAN (delegada de los trabajadores, Irlanda; Vicepresidenta trabajadora de la Comisión de Resoluciones) — Cuando el Director General, Sr. Somavia, presentó su Informe a la Conferencia el pasado lunes 5 de junio declaró lo siguiente: «De eso se trata en la OIT, de poder abordar los problemas reales de hoy y llamarlos por su nombre y al mismo tiempo poder trabajar conjuntamente para encontrar soluciones».

La resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo, aprobada por la Comisión de Resoluciones, es un ejemplo especialmente adecuado del vínculo que existe entre las vidas reales de millones de personas afectadas por el VIH/SIDA y la contribución que los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, colaborando de manera tripartita, pueden hacer para encontrar soluciones a esta tragedia humana mundial.

La resolución se centra en el mundo del trabajo y trata de identificar el valor añadido que la OIT como Organización, y sus miembros tripartitos, pueden aportar a la lucha contra el VIH/SIDA. El Grupo de los Trabajadores ha dado prioridad a esta resolución, porque cree que el lugar de trabajo ofrece una oportunidad única para hacer frente a importantes aspectos de la prevención, tratamiento y atención de los que viven con el VIH/SIDA. En muchos de nuestros países los sindicatos ya se dedican activamente a elaborar y negociar programas para el lugar de trabajo sobre este problema, pero creemos que puede hacerse mucho más, y esperamos que esta resolución ofrezca un nuevo estímulo para obtener nuevos logros por medio de las correspondientes iniciativas en el lugar de trabajo.

La resolución pone de relieve que el 95 por ciento de los afectados viven en países en desarrollo. Por tanto, todo esfuerzo realista para hacer frente a los retos presentados por el VIH/SIDA debe centrarse en la capacidad de respuesta de los países en desarrollo. La resolución señala a la atención (con toda la razón) las repercusiones que han tenido algunos programas de ajuste estructural en los sistemas y servicios de salud pública, en los sistemas de protección social y de educación de los países en desarrollo, y reconoce que la propagación del VIH/SIDA en los propios países en desarrollo se ha visto acentuada por la falta de acceso a los medicamentos y a las terapias a costos asequibles.

Pero sería un error ver en el VIH/SIDA únicamente un problema de los países en desarrollo. Reconocemos, e incluso destacamos, el impacto desproporcionado que tiene en los países en desarrollo, pero la resolución se sitúa en un contexto mundial y pide una respuesta internacional integrada, coordinada y duradera. En los países desarrollados, al igual que en los países en desarrollo, son los pobres, los grupos económica y socialmente desfavorecidos, los que están proporcionalmente más afectados. En todos esos países, a esas personas se les niegan los recursos y el acceso a los servicios de atención y salud que les permitiría hacer frente mejor a las consecuencias económicas, sociales y humanas del VIH/SIDA. A través del lugar de trabajo podemos dirigir los recursos a los trabajadores, y llegar a sus familias y a sus comunidades. En efecto, para millones de personas el lugar de trabajo puede ser el único lugar en que tengan acceso a la información y a la educación necesarias que puedan ayudarles para hacer frente a los retos que les plantea el VIH/SIDA.

El Grupo de los Trabajadores lamenta que la resolución no contenga más orientaciones para las organizaciones de trabajadores y de empleadores en relación con los elementos que podrían constituir unos programas eficaces en el lugar de trabajo. Desgraciadamente, debido al tiempo y a otras limitaciones, la Comisión no ha tenido ocasión de considerar una propuesta importante del Grupo de los Trabajadores que brindaba orientaciones más específicas en esta materia. Pero lo que está claro es que habría que elaborar una serie de programas eficaces para el lugar de trabajo con participación de los representantes de los trabajadores a nivel de la empresa. Sería conveniente que estos programas incluyesen algunos de los siguientes elementos (o todos ellos, si es posible): 1) prohibición de la discriminación, directa e indirecta; 2) protección de las prestaciones profesionales; 3) adaptación del horario de trabajo y de las condiciones de empleo para facilitar el tratamiento médico necesario; 4) programas de educación e información; 5) distribución gratuita o disponibilidad de preservativos en el lugar de trabajo; 6) protección del derecho a la vida privada y al carácter confidencial de la situación de salud de los trabajadores, y 7) servicios de pruebas y de asesoramiento gratuitos.

Estos elementos no se enumeran como una receta única sino como una lista indicativa, que podría incluirse si parece apropiado.

El preámbulo de la resolución se refiere al incremento de las desigualdades en función del género que ha producido el VIH/SIDA. Por ello, hay que hacer más esfuerzos y adoptar más medidas para superar las barreras culturales existentes, así como la ignorancia y la desigualdad.

El Grupo de los Trabajadores piensa que la OIT debería proceder ahora al seguimiento de esta resolución, convirtiéndose en copatrocinador del ONUSIDA y elaborando una estrategia que incluya el VIH/SIDA como un problema interrelacionado con todas sus esferas de trabajo y lo integre en los proyectos de cooperación técnica y programas apropiados de todas las regiones.

El Grupo de los Trabajadores de la Comisión de Resoluciones piensa que hubiera sido conveniente y posible que la Comisión de Resoluciones consiguiera más durante la Conferencia, y lamentamos muy especialmente que la Comisión no llegara a discutir ni a aprobar la segunda resolución prioritaria, que hubiera brindado una declaración clara del papel de la OIT en el desarrollo social en el siglo XXI.

Es importante que la Oficina — de aquí a la próxima Comisión de Resoluciones de 2002 — aproveche la ocasión para revisar los métodos de trabajo y los procedimientos que rigen el trabajo de esta Comisión. La Comisión de Resoluciones es un mecanismo muy útil que debe utilizarse para presentar ideas nuevas y promover nuevas iniciativas de política para la OIT. Todos deberíamos trabajar juntos para permitirle cumplir su función de manera más eficaz y eficiente.

Quiero dar las gracias muy sinceramente al Vicepresidente empleador, al Sr. Botha, que trabajó con nosotros en un verdadero espíritu de diálogo. Doy las gracias también a los miembros gubernamentales de la Comisión que han demostrado (y no sólo con palabras sino también con obras) su compromiso en esta materia, y esperamos sinceramente que este compromiso se traduzca en una acción tripartita y eficaz en cada uno de nuestros países. También debemos todo nuestro agradecimiento al Sr. Ory, Presidente de la Comisión, que ha dirigido el trabajo de la Comisión con un estilo tranquilo y sereno, que nos ha facilitado mucho nuestra labor. Finalmente, nuestro trabajo se ha visto muy facilitado por el personal de la OIT, experimentado y profesional, que tanto nos ha ayudado. Les damos las gracias no sólo por su profesionalidad sino también por su sentido del humor y por su constante buena voluntad, incluso cuando las cosas se ponían difíciles.

El PRESIDENTE — Declaro abierta la discusión general sobre el informe de la Comisión de Resoluciones.

Original inglés: Sr. ZAINAL (delegado de los trabajadores, Malasia) — Esta 88.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo me permitirá hablar en nombre de los trabajadores del Grupo de Asia y el Pacífico para apoyar el informe de la Comisión de Resoluciones, que contiene una resolución muy importante relativa al VIH/SIDA.

El daño producido por esta enfermedad está muy bien documentado en muchos informes y publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo. Todos los que oímos la alocución de nuestra hermana de Sudáfrica, que intervino en una reunión especial el 8 de junio en esta misma sala de asamblea, recordarán los detalles vívidos con que nos explicó la fuerza destructora del SIDA en el ser humano, en la sociedad en general, en el mundo del trabajo y en el desarrollo socioeconómico de los países.

Nos recordó, mediante su dolorosa experiencia, tanto personal como en el mundo laboral, que hay que hacer frente a los problemas relacionados con el SIDA y tratar de superarlos mediante los esfuerzos conjuntos de empleadores, trabajadores y gobiernos.

La resolución relativa al VIH/SIDA que presenta para su adopción la Comisión de Resoluciones es resultado de deliberaciones, consultas y consenso de los miembros de la Comisión Tripartita.

Hemos seguido atentamente el trabajo de la Comisión y estoy convencido de que estos esfuerzos conjuntos de empleadores, trabajadores y gobiernos nos proporcionan una excelente orientación sobre los medios y formas de luchar contra el SIDA.

La parte dispositiva de la resolución nos da directrices claras de cómo los trabajadores, los empleadores y los gobiernos pueden tomar medidas individual y colectivamente para vencer los muchos problemas y retos resultantes del SIDA.

La resolución contiene instrucciones claras para la OIT acerca de cómo puede movilizar sus conocimientos técnicos y recursos para combatir el SIDA en los Estados Miembros.

La región de Asia y el Pacífico, al igual que Africa, América Latina y Europa, continúa esforzándose por encontrar la manera y los medios de disipar el sufrimiento que representa el SIDA para los trabajadores y sus familias. Para concluir, diré que si bien se han realizado esfuerzos positivos en colaboración con los trabajadores, los empleadores y los gobiernos, todavía queda mucho por hacer. La adopción de esta importante resolución, en este año 2000, alentará y motivará a todos, trabajadores, empleadores y gobiernos, a unir nuestras fuerzas para luchar contra el flagelo del SIDA, que asola nuestra sociedad.

También confío en que esta resolución no se quede en una simple resolución. Como se dice en la propia resolución, los tres interlocutores sociales en todos los países son cada vez más conscientes de la necesidad de luchar contra el SIDA en la sociedad.

En nombre del Grupo de los Trabajadores de Asia y el Pacífico recomiendo a esta plenaria y a la Conferencia que aprueben el documento que les presenta la Comisión de Resoluciones.

Original francés: Sr. SOW (consejero técnico y delegado suplente de los trabajadores, Senegal) — La 88.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo será histórica y ello, en mi opinión, por dos motivos. En primer lugar, porque se trata del último período de sesiones del segundo milenio pero, por otra parte, también se tratará de un período de sesiones histórico, porque habrá estudiado — y creo aprobado — una resolución sobre un tema de capital importancia para el futuro de la humanidad. Esta pandemia afecta hoy a diferentes niveles a mujeres y hombres, jóvenes y adultos, ricos y pobres; en los países desarrollados o en los países en desarrollo. Mi continente, Africa, que está muy azotado, se ve también muy afectado porque pierde la franja más importante de su fuerza productiva. También le plantea problemas ver cómo los pocos recursos que puede destinar a la salud son cada vez menores. El mundo del trabajo, así como también nuestras familias, estarán interesados por la resolución que vamos a adoptar, así como la humanidad entera.

Fui muy pesimista el otro día y tuve miedo al escuchar hablar a nuestra compañera sudafricana, pero hoy siento cierto optimismo al ver la resolución sobre el SIDA que ha preparado la Comisión en la que trabajé.

Para concluir, me gustaría hacer un llamamiento para que todos los trabajadores, así como los empleadores y los gobiernos, aprueben esta resolución, y ruego que Dios, el Todopoderoso, pueda ayudar a la humanidad como lo hizo contra la peste o contra otras enfermedades y así podamos vencer rápidamente al SIDA.

El PRESIDENTE — Vamos a proceder ahora a la adopción del informe y de la resolución presentada por la Comisión. Comenzaremos por la adopción del informe propiamente dicho.

¿Puedo considerar que se adopta el informe, párrafos 1 a 216?

(Se adopta el informe, párrafos 1 a 216.)

Resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo: Adopción

El PRESIDENTE — Procederemos ahora a la adopción de la resolución. Si no hay objeciones, ¿puedo considerar que se adopta la resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo?

(Se adopta la resolución.)

Doy por terminado el examen del informe de la Comisión de Resoluciones, así como de la resolución que nos presentó. No me queda más que felicitar al Presidente y a los Vicepresidentes, y a todos los miembros de la Comisión, así como también a la Secretaría, por la excelente labor que llevaron a cabo.


Resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo

 Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 13 de junio de 2000.