El PRESIDENTE — Pasamos ahora al primer punto del orden del día de
esta sesión, es decir, al examen y adopción del informe de la
Comisión de Resoluciones que se reproduce en las Actas Provisionales
núm. 19.
Pido al Sr. Öry, delegado gubernamental de Hungría, y Presidente
y Ponente de la Comisión de Resoluciones, que venga a la tribuna y presente
el informe.
Original francés: Sr. ÖRY(delegado
gubernamental, Hungría; Presidente y Ponente de la Comisión de
Resoluciones) — Tengo el placer de presentarles y recomendar la adopción
de la resolución adoptada por nuestra Comisión sobre el VIH/SIDA
y el mundo del trabajo.
Aunque se presentaron a nuestra comisión 16 propuestas de resolución,
por motivos de tiempo fue la única que pudimos examinar en nuestras sesiones
plenarias. La Comisión de Resoluciones ha dado un excelente resultado.
Ahora la OIT tiene ante sí una resolución relativa al VIH/SIDA
y el mundo del trabajo que reconoce la importante contribución que las
organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como los gobiernos,
pueden aportar a la lucha contra esta pandemia universal.
El debate general sobre los efectos del VIH/SIDA en el mundo del trabajo
puso de relieve la manera particular en que este asunto afecta a los objetivos
de la Organización. La OIT debe considerar esta pandemia una amenaza
al progreso económico y social y no ver ahí sólo un problema
de salud. La propagación de la enfermedad supone la exclusión
social de las personas que la han contraído y presenta, además,
muchos otros aspectos negativos que afectan a la población activa, como
la discriminación laboral, las crecientes desigualdades entre hombres
y mujeres y el hecho de que los hijos de los trabajadores afectados queden huérfanos
y se sumen al número de niños que trabajan. También las
personas mayores están muy afectadas por la pandemia.
Tengo el placer de informarles de que esta resolución, que originalmente
fue presentada por el Grupo de los Empleadores, ha sido objeto de gran respaldo
del Grupo de los Trabajadores. Por tanto, responde aún mejor a las exigencias
de los lugares de trabajo. Los gobiernos también la han apoyado porque
ven en ella un instrumento importante que permite crear colaboraciones con las
empresas y los sindicatos para prevenir la enfermedad. El debate se realizó
siguiendo un método muy pragmático. Se invita a las empresas a
adoptar medidas prácticas. Por una parte, se prevé difundir prácticas
ejemplares, sistemas de seguridad y de salud en el trabajo adaptados para proteger
a los grupos de riesgo. Por otra parte hay que reforzar las capacidades para
elaborar políticas sociales y laborales que puedan atenuar los efectos
devastadores de la pandemia en la población activa, en las empresas y,
concretamente, en el sector de la pequeña empresa.
Los países en desarrollo se alegran muy especialmente de que se adopte
esta resolución, que reconoce que la pobreza tan extendida y otros problemas
acentúan aún más la propagación del VIH/SIDA en
su territorio. Quería llamar su atención sobre un párrafo
de la resolución que pide al Director General que proponga una reunión
de expertos encargada de elaborar directivas internacionales sobre las medidas
que se deben adoptar en los lugares de trabajo en materia de VIH/SIDA.
Esperamos que, gracias a esta resolución, la OIT multiplique sus acciones
sobre el control del VIH/SIDA en el lugar de trabajo y que intensifique su colaboración
con los demás organismos internacionales que se ocupan de este problema.
Agradezco, pues, muy sinceramente a los representantes de los gobiernos,
de los empleadores y de los trabajadores la ayuda que me han proporcionado para
cumplir mi misión. Quiero señalar muy especialmente las buenas
relaciones que ha habido entre la señora Patricia O’Donovan y el señor
Bokkie Botha, y su voluntad manifiestamente común por hacer progresar
el control del VIH/SIDA en el mundo del trabajo. Su actitud es una nueva prueba
de que ante problemas muy graves los grupos saben hallar junto con los gobiernos
soluciones mutuamente aceptables.
Original inglés: Sr. BOTHA(delegado
de los empleadores, Sudáfrica; Vicepresidente empleador de la Comisión
de Resoluciones) — El Grupo de los Empleadores propuso dos resoluciones
a la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo del año
2000. Una sobre normas internacionales del trabajo y otra sobre el VIH/SIDA.
Ambas eran para nosotros significativas, importantes y necesarias. No podemos
ocultar que nos decepcionó que la resolución sobre normas internacionales
del trabajo no recibiera más apoyo. Sabemos que una revisión completa,
moderna y sensata de las actividades normativas de la Organización Internacional
del Trabajo requiere mucho apoyo y que es apropiado y oportuno proceder a este
ejercicio. Aunque la resolución propuesta no recibió suficiente
apoyo, la recomendamos a la atención de los interlocutores tripartitos.
Por otra parte estamos encantados de que el proyecto de resolución
sobre el VIH/SIDA recibiera tanto apoyo. Esta resolución demostró
que el apoyo puede ser ofrecido por los países industrializados a lo
que a veces se considera un problema del tercer mundo y que los trabajadores,
los gobiernos y los empleadores pueden trabajar sobre un texto de los empleadores
y producir un texto tripartito mejorado. Demostró también la preocupación
que tiene el mundo por esta pandemia universal que afecta a todo el mundo, pero
sobre todo a algunos grupos como las mujeres, los niños, los homosexuales,
los pobres y los ancianos.
Esta pandemia no sólo mata a la gente en muy poco tiempo sino que
arrasa países, comunidades, familias y deja su marca en los infectados
y en los afectados, en los fuertes y en los débiles, en los pobres y
los ricos.
Gran parte de nuestro debate se centró en lo que se debía destacar.
Por ejemplo, asegurar que se tuviera en cuenta el efecto particular en los países
en desarrollo y también los económica y socialmente desaventajados
y los grupos marginados o excluidos.
El debate siempre estuvo centrado en la cuestión principal y la verdad
es que nadie quiso marcar puntos. Los factores que complican la pandemia recibieron
más atención sin intentar acelerar el debate y sólo algunos
intentaron retrasar un poco las deliberaciones.
Señalamos al principio de las deliberaciones que ésta era una
oportunidad única para que la Conferencia Internacional del Trabajo realizara
una declaración de alto nivel por primera vez sobre una cuestión
que tiene los efectos más devastadores que se puedan concebir en el lugar
de trabajo. También señalamos que la pandemia ha estado en alza
desde hace casi veinte años y seguimos siendo de la opinión de
que las medidas internacionales en el mundo del trabajo desempeñarán
un papel importante para reducir la cultura de la negación y que se podrían
elaborar directrices creíbles y novedosas para ayudar a los encargados
de los lugares de trabajo, trabajadores, sindicatos, organizaciones de empleadores
y gobiernos a actuar al respecto.
Los empleadores opinan que el problema es de todos y que hay que resolverlo
mediante una acción concertada de todos. También se me ha dicho
muchas veces que era un problema del tercer mundo, que los países industrializados
ya lo habían resuelto oportunamente, que las empresas multinacionales
ya tenían el problema resuelto, desarrollando directrices, y que no era
problema de la OIT sino que quienes deberían tratar la cuestión
son la Organización Mundial de la Salud y ONUSIDA.
Quiero decir a los que dieron estos consejos que el VIH/SIDA ha de ser combatido
en todos los frentes por todas las instituciones y en todas sus facetas. En
la OIT tenemos un papel muy especial que desempeñar en el mundo del trabajo.
Nuestras instituciones individualmente y también por su carácter
tripartito pueden y deben eliminar el estigma y la discriminación que
acompañan al VIH/SIDA. Debemos utilizar nuestros propios recursos, continuar
la investigación sobre las medidas que deben adoptarse y cooperar con
otras organizaciones internacionales.
Creemos que deberíamos concentrarnos en lo que mejor conocemos, el
mundo del trabajo; pero también en otros grandes esfuerzos para centrar
la asistencia técnica y financiera, reducir el costo de los fármacos
y reorientar la asistencia internacional.
Quisiéramos felicitar a la OIT por haber organizado una reunión
especial sobre el VIH/SIDA y por firmar un acuerdo de cooperación con
ONUSIDA. Algunos no pudimos asistir a la reunión porque nuestra Comisión
estaba reunida pero recomiendo a todos que lean las Actas.
Esperamos que pueda aplicarse la resolución y queremos centrar especialmente
la atención en sus efectos.
Por último, quisiera rendir tributo a la Vicepresidenta trabajadora,
la Sra. O’Donovan, y al Grupo de los Trabajadores. Creo que pudimos trabajar
juntos para conseguir resultados mejores que los que hubiéramos conseguido
cada uno por su lado. Además, trabajamos bien con los gobiernos que querían
un resultado positivo y les estamos especialmente agradecidos a los grupos africanos
y al grupo de PIEM. Tuvimos la suerte de contar con una secretaría activa
y experimentada que supo actuar para conseguir un resultado positivo.
Damos las gracias al Presidente que tuvo que hacer que saliera adelante el
debate, cuando parecía estancarse en los mismos asuntos. Gracias a mi
propio Grupo por tanta experiencia, ayuda y dedicación.
Original inglés: Sra. O’DONOVAN(delegada
de los trabajadores, Irlanda; Vicepresidenta trabajadora de la Comisión
de Resoluciones) — Cuando el Director General, Sr. Somavia, presentó
su Informe a la Conferencia el pasado lunes 5 de junio declaró lo siguiente:
«De eso se trata en la OIT, de poder abordar los problemas reales de hoy
y llamarlos por su nombre y al mismo tiempo poder trabajar conjuntamente para
encontrar soluciones».
La resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo, aprobada
por la Comisión de Resoluciones, es un ejemplo especialmente adecuado
del vínculo que existe entre las vidas reales de millones de personas
afectadas por el VIH/SIDA y la contribución que los gobiernos y las organizaciones
de empleadores y de trabajadores, colaborando de manera tripartita, pueden hacer
para encontrar soluciones a esta tragedia humana mundial.
La resolución se centra en el mundo del trabajo y trata de identificar
el valor añadido que la OIT como Organización, y sus miembros
tripartitos, pueden aportar a la lucha contra el VIH/SIDA. El Grupo de los Trabajadores
ha dado prioridad a esta resolución, porque cree que el lugar de trabajo
ofrece una oportunidad única para hacer frente a importantes aspectos
de la prevención, tratamiento y atención de los que viven con
el VIH/SIDA. En muchos de nuestros países los sindicatos ya se dedican
activamente a elaborar y negociar programas para el lugar de trabajo sobre este
problema, pero creemos que puede hacerse mucho más, y esperamos que esta
resolución ofrezca un nuevo estímulo para obtener nuevos logros
por medio de las correspondientes iniciativas en el lugar de trabajo.
La resolución pone de relieve que el 95 por ciento de los afectados
viven en países en desarrollo. Por tanto, todo esfuerzo realista para
hacer frente a los retos presentados por el VIH/SIDA debe centrarse en la capacidad
de respuesta de los países en desarrollo. La resolución señala
a la atención (con toda la razón) las repercusiones que han tenido
algunos programas de ajuste estructural en los sistemas y servicios de salud
pública, en los sistemas de protección social y de educación
de los países en desarrollo, y reconoce que la propagación del
VIH/SIDA en los propios países en desarrollo se ha visto acentuada por
la falta de acceso a los medicamentos y a las terapias a costos asequibles.
Pero sería un error ver en el VIH/SIDA únicamente un problema
de los países en desarrollo. Reconocemos, e incluso destacamos, el impacto
desproporcionado que tiene en los países en desarrollo, pero la resolución
se sitúa en un contexto mundial y pide una respuesta internacional integrada,
coordinada y duradera. En los países desarrollados, al igual que en los
países en desarrollo, son los pobres, los grupos económica y socialmente
desfavorecidos, los que están proporcionalmente más afectados.
En todos esos países, a esas personas se les niegan los recursos y el
acceso a los servicios de atención y salud que les permitiría
hacer frente mejor a las consecuencias económicas, sociales y humanas
del VIH/SIDA. A través del lugar de trabajo podemos dirigir los recursos
a los trabajadores, y llegar a sus familias y a sus comunidades. En efecto,
para millones de personas el lugar de trabajo puede ser el único lugar
en que tengan acceso a la información y a la educación necesarias
que puedan ayudarles para hacer frente a los retos que les plantea el VIH/SIDA.
El Grupo de los Trabajadores lamenta que la resolución no contenga
más orientaciones para las organizaciones de trabajadores y de empleadores
en relación con los elementos que podrían constituir unos programas
eficaces en el lugar de trabajo. Desgraciadamente, debido al tiempo y a otras
limitaciones, la Comisión no ha tenido ocasión de considerar una
propuesta importante del Grupo de los Trabajadores que brindaba orientaciones
más específicas en esta materia. Pero lo que está claro
es que habría que elaborar una serie de programas eficaces para el lugar
de trabajo con participación de los representantes de los trabajadores
a nivel de la empresa. Sería conveniente que estos programas incluyesen
algunos de los siguientes elementos (o todos ellos, si es posible): 1) prohibición
de la discriminación, directa e indirecta; 2) protección de las
prestaciones profesionales; 3) adaptación del horario de trabajo y de
las condiciones de empleo para facilitar el tratamiento médico necesario;
4) programas de educación e información; 5) distribución
gratuita o disponibilidad de preservativos en el lugar de trabajo; 6) protección
del derecho a la vida privada y al carácter confidencial de la situación
de salud de los trabajadores, y 7) servicios de pruebas y de asesoramiento gratuitos.
Estos elementos no se enumeran como una receta única sino como una
lista indicativa, que podría incluirse si parece apropiado.
El preámbulo de la resolución se refiere al incremento de las
desigualdades en función del género que ha producido el VIH/SIDA.
Por ello, hay que hacer más esfuerzos y adoptar más medidas para
superar las barreras culturales existentes, así como la ignorancia y
la desigualdad.
El Grupo de los Trabajadores piensa que la OIT debería proceder ahora
al seguimiento de esta resolución, convirtiéndose en copatrocinador
del ONUSIDA y elaborando una estrategia que incluya el VIH/SIDA como un problema
interrelacionado con todas sus esferas de trabajo y lo integre en los proyectos
de cooperación técnica y programas apropiados de todas las regiones.
El Grupo de los Trabajadores de la Comisión de Resoluciones piensa
que hubiera sido conveniente y posible que la Comisión de Resoluciones
consiguiera más durante la Conferencia, y lamentamos muy especialmente
que la Comisión no llegara a discutir ni a aprobar la segunda resolución
prioritaria, que hubiera brindado una declaración clara del papel de
la OIT en el desarrollo social en el siglo XXI.
Es importante que la Oficina — de aquí a la próxima Comisión
de Resoluciones de 2002 — aproveche la ocasión para revisar los métodos
de trabajo y los procedimientos que rigen el trabajo de esta Comisión.
La Comisión de Resoluciones es un mecanismo muy útil que debe
utilizarse para presentar ideas nuevas y promover nuevas iniciativas de política
para la OIT. Todos deberíamos trabajar juntos para permitirle cumplir
su función de manera más eficaz y eficiente.
Quiero dar las gracias muy sinceramente al Vicepresidente empleador, al Sr.
Botha, que trabajó con nosotros en un verdadero espíritu de diálogo.
Doy las gracias también a los miembros gubernamentales de la Comisión
que han demostrado (y no sólo con palabras sino también con obras)
su compromiso en esta materia, y esperamos sinceramente que este compromiso
se traduzca en una acción tripartita y eficaz en cada uno de nuestros
países. También debemos todo nuestro agradecimiento al Sr. Ory,
Presidente de la Comisión, que ha dirigido el trabajo de la Comisión
con un estilo tranquilo y sereno, que nos ha facilitado mucho nuestra labor.
Finalmente, nuestro trabajo se ha visto muy facilitado por el personal de la
OIT, experimentado y profesional, que tanto nos ha ayudado. Les damos las gracias
no sólo por su profesionalidad sino también por su sentido del
humor y por su constante buena voluntad, incluso cuando las cosas se ponían
difíciles.
El PRESIDENTE — Declaro abierta la discusión general sobre el informe
de la Comisión de Resoluciones.
Original inglés: Sr. ZAINAL(delegado
de los trabajadores, Malasia) — Esta 88.ª reunión de la Conferencia
Internacional del Trabajo me permitirá hablar en nombre de los trabajadores
del Grupo de Asia y el Pacífico para apoyar el informe de la Comisión
de Resoluciones, que contiene una resolución muy importante relativa
al VIH/SIDA.
El daño producido por esta enfermedad está muy bien documentado
en muchos informes y publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo.
Todos los que oímos la alocución de nuestra hermana de Sudáfrica,
que intervino en una reunión especial el 8 de junio en esta misma sala
de asamblea, recordarán los detalles vívidos con que nos explicó
la fuerza destructora del SIDA en el ser humano, en la sociedad en general,
en el mundo del trabajo y en el desarrollo socioeconómico de los países.
Nos recordó, mediante su dolorosa experiencia, tanto personal como
en el mundo laboral, que hay que hacer frente a los problemas relacionados con
el SIDA y tratar de superarlos mediante los esfuerzos conjuntos de empleadores,
trabajadores y gobiernos.
La resolución relativa al VIH/SIDA que presenta para su adopción
la Comisión de Resoluciones es resultado de deliberaciones, consultas
y consenso de los miembros de la Comisión Tripartita.
Hemos seguido atentamente el trabajo de la Comisión y estoy convencido
de que estos esfuerzos conjuntos de empleadores, trabajadores y gobiernos nos
proporcionan una excelente orientación sobre los medios y formas de luchar
contra el SIDA.
La parte dispositiva de la resolución nos da directrices claras de
cómo los trabajadores, los empleadores y los gobiernos pueden tomar medidas
individual y colectivamente para vencer los muchos problemas y retos resultantes
del SIDA.
La resolución contiene instrucciones claras para la OIT acerca de
cómo puede movilizar sus conocimientos técnicos y recursos para
combatir el SIDA en los Estados Miembros.
La región de Asia y el Pacífico, al igual que Africa, América
Latina y Europa, continúa esforzándose por encontrar la manera
y los medios de disipar el sufrimiento que representa el SIDA para los trabajadores
y sus familias. Para concluir, diré que si bien se han realizado esfuerzos
positivos en colaboración con los trabajadores, los empleadores y los
gobiernos, todavía queda mucho por hacer. La adopción de esta
importante resolución, en este año 2000, alentará y motivará
a todos, trabajadores, empleadores y gobiernos, a unir nuestras fuerzas para
luchar contra el flagelo del SIDA, que asola nuestra sociedad.
También confío en que esta resolución no se quede en
una simple resolución. Como se dice en la propia resolución, los
tres interlocutores sociales en todos los países son cada vez más
conscientes de la necesidad de luchar contra el SIDA en la sociedad.
En nombre del Grupo de los Trabajadores de Asia y el Pacífico recomiendo
a esta plenaria y a la Conferencia que aprueben el documento que les presenta
la Comisión de Resoluciones.
Original francés: Sr. SOW(consejero técnico
y delegado suplente de los trabajadores, Senegal) — La 88.ª reunión
de la Conferencia Internacional del Trabajo será histórica y ello,
en mi opinión, por dos motivos. En primer lugar, porque se trata del
último período de sesiones del segundo milenio pero, por otra
parte, también se tratará de un período de sesiones histórico,
porque habrá estudiado — y creo aprobado — una resolución sobre
un tema de capital importancia para el futuro de la humanidad. Esta pandemia
afecta hoy a diferentes niveles a mujeres y hombres, jóvenes y adultos,
ricos y pobres; en los países desarrollados o en los países en
desarrollo. Mi continente, Africa, que está muy azotado, se ve también
muy afectado porque pierde la franja más importante de su fuerza productiva.
También le plantea problemas ver cómo los pocos recursos que puede
destinar a la salud son cada vez menores. El mundo del trabajo, así como
también nuestras familias, estarán interesados por la resolución
que vamos a adoptar, así como la humanidad entera.
Fui muy pesimista el otro día y tuve miedo al escuchar hablar a nuestra
compañera sudafricana, pero hoy siento cierto optimismo al ver la resolución
sobre el SIDA que ha preparado la Comisión en la que trabajé.
Para concluir, me gustaría hacer un llamamiento para que todos los
trabajadores, así como los empleadores y los gobiernos, aprueben esta
resolución, y ruego que Dios, el Todopoderoso, pueda ayudar a la humanidad
como lo hizo contra la peste o contra otras enfermedades y así podamos
vencer rápidamente al SIDA.
El PRESIDENTE — Vamos a proceder ahora a la adopción del informe y
de la resolución presentada por la Comisión. Comenzaremos por
la adopción del informe propiamente dicho.
¿Puedo considerar que se adopta el informe, párrafos 1 a 216?
(Se adopta el informe, párrafos 1 a 216.)
Resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo: Adopción
El PRESIDENTE — Procederemos ahora a la adopción de la resolución.
Si no hay objeciones, ¿puedo considerar que se adopta la resolución
relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo?
(Se adopta la resolución.)
Doy por terminado el examen del informe de la Comisión de Resoluciones,
así como de la resolución que nos presentó. No me queda
más que felicitar al Presidente y a los Vicepresidentes, y a todos los
miembros de la Comisión, así como también a la Secretaría,
por la excelente labor que llevaron a cabo.
Resolución relativa al VIH/SIDA y el mundo del trabajo
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:
Recordando que el VIH/SIDA es en la actualidad una pandemia universal
que supone una amenaza para todos, pero, también reconociendo que
tiene efectos desproporcionados en los grupos económicos y socialmente
desfavorecidos y excluidos;
Reconociendo que el VIH/SIDA es un problema de salud cada vez mayor,
tanto como una crisis del desarrollo cuyas consecuencias son desastrosas
para el progreso económico y social de muchos países;
Observando con profunda preocupación que, de los casi 34 millones
de personas que viven actualmente en el mundo con el VIH/SIDA, el 95 por
ciento se encuentra en los países en desarrollo; que, en los países
africanos los logros obtenidos en el desarrollo en los 50 años anteriores,
entre ellos, el aumento de la supervivencia infantil y de la esperanza de
vida, están invirtiéndose a causa de la epidemia de VIH/SIDA,
y que la infección del VIH crece rápidamente en Asia, en especial
en el Sur y el Sudeste de Asia y en el Caribe, y que amenaza la sostenibilidad
política, económica y social de estas regiones, aunque reconociendo
que no puede adoptarse en el resto del mundo una actitud complaciente ni
pueden reducirse los esfuerzos a favor de la prevención;
Reconociendo las repercusiones del VIH/SIDA para el mundo laboral: discriminación
en el empleo, exclusión social de las personas que viven con el VIH/SIDA,
incremento de las desigualdades en función del género, aumento
del número de huérfanos a causa del SIDA, incremento del trabajo
infantil, y el mantenimiento de las personas de más edad en la fuerza
de trabajo;
Reconociendo que el VIH/SIDA amenaza el trabajo decente en todos los
aspectos y observando que el VIH/SIDA ha impactado negativamente en el crecimiento
económico y en el empleo en todos los sectores de la economía,
mermado el capital humano, significado un riesgo para los regímenes
de seguridad social y amenazado los sistemas de salud en el trabajo;
Reconociendo que la propagación del SIDA puede prevenirse incluso
mediante medidas a nivel del lugar de trabajo, y que es posible, a través
de una respuesta multidimensional, integrada, sostenida e internacional
coordinada evitar su difusión y proteger a quienes viven con el VIH/SIDA
y sus consecuencias, incluidas las familias y las comunidades afectadas;
Observando que ya se han emprendido algunas iniciativas importantes,
entre ellas las realizadas por los órganos y organismos especializados
de las Naciones Unidas;
Reconociendo que la no disponibilidad y el acceso limitado a los medicamentos
y tratamientos para el VIH/SIDA a costos asequibles en los países
en desarrollo ha acentuado aún más la propagación de
esta enfermedad en esos países;
Recordando la adopción por la Conferencia Internacional del Trabajo
de instrumentos pertinentes y conexos, entre ellos el Convenio sobre la
discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111),
el Convenio sobre la readaptación profesional y el empleo (personas
inválidas), 1983 (núm. 159), el Convenio sobre seguridad y
salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155), y el Convenio sobre los
servicios de salud en el trabajo, 1985 (núm. 161);
Recordando también la adopción de la Declaración
de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo,
en 1998 por la Conferencia Internacional delTrabajo;
Observando el efecto de algunos programas de ajuste estructural para
las estructuras y servicios de salud pública, los sistemas de enseñanza
y protección social;
Reconociendo el enorme potencial de las organizaciones de empleadores
y de trabajadores, en asociación con los gobiernos, para contribuir
a la lucha contra la propagación del VIH/SIDA y responder a las necesidades
de los trabajadores que viven con el VIH/SIDA;
1. Invita a los gobiernos de los Estados
Miembros y, cuando corresponda, a las organizaciones de empleadores y de
trabajadores a:
a) elevar
la sensibilización nacional incluyendo la participación de
otros grupos interesados, cuando corresponda, especialmente en el ámbito
laboral, con miras a eliminar el estigma y la discriminación que
van unidos al VIH/SIDA, y a combatir la cultura del rechazo, y de ese modo
prevenir la propagación del VIH/SIDA;
b) robustecer
la capacidad de los interlocutores sociales para hacer frente a esta pandemia;
c) reforzar
los sistemas de seguridad y salud en el trabajo a fin de proteger a los
grupos de riesgo;
d) formular
y aplicar políticas y programas sociolaborales que mitiguen los efectos
del SIDA, y
e) proceder
a una movilización eficaz de los recursos.
2. Pide al Consejo de Administración de la Oficina Internacional
del Trabajo que dé instrucciones al Director General para que:
a) prosiga
e intensifique cuando proceda la investigación relativa a las acciones
que deben emprenderse y las actitudes que deben adoptarse en materia del
VIH/SIDA en el lugar de trabajo;
b) presente,
en el marco de la discusión del Programa y Presupuesto para 2002-2003,
una propuesta relativa a una reunión de expertos que se encargue
de formular directrices internacionales sobre las medidas y el comportamiento
que habrían de adoptarse en relación con el VIH/SIDA en el
lugar de trabajo;
c) colabore
con las organizaciones internacionales interesadas a fin de evitar la duplicación
de esfuerzos;
d) amplíe
su capacidad para hacer frente al VIH/SIDA en el lugar de trabajo, especialmente
en el marco de los equipos multidisciplinarios;
e) emprenda
investigaciones y encuestas para determinar las implicaciones del VIH/SIDA
para el mundo del trabajo;
f) recopile
y difunda toda la información pertinente en relación con las
experiencias nacionales, incluidos ejemplos de prácticas óptimas
en materia de VIH/SIDA en el lugar de trabajo;
g) se
encargue de la sensibilización y de la formación en relación
con el VIH/SIDA y el mundo del trabajo, y
h) refuerce
la capacidad de los interlocutores sociales de modo que puedan formular
y aplicar eficazmente políticas, programas y actividades en los planos
nacional y de la empresa.
Puesto al día por HK. Aprobada
por RH. Ultima actualización: 13 de junio de 2000.