En marzo de 1995, en respuesta a las preocupaciones de la comunidad internacional frente al proceso de globalización y de liberalización del comercio, se celebra en Copenhague una
Cumbre Mundial Sobre Desarrollo Social. Los Jefes de Estado y de Gobierno presentes en la Cumbre adoptan compromisos y aprueban un plan de acción referente a los " derechos fundamentales de los trabajadores ". En junio de 1998, la 86ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo adopta
la Declaración de la OIT Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo (pdf 80 KB). Esta última, al exigir a los Estados partes de los convenios correspondientes de la Organización que los apliquen plenamente y a los otros que tengan en cuenta los principios enunciados en ella, hizo una contribución decisiva a los objetivos definidos en la cumbre de Copenhague. La Declaración reafirmaba así el compromiso de los
Estados Miembros de la OIT de respetar, promover y hacer realidad universalmente los principios relativos a los cuatro derechos fundamentales en el trabajo:
« Con esta Declaración, la OIT asume el reto que le lanzó la comunidad internacional adoptando, en respuesta a las realidades de la globalización económica, una verdadera plataforma social mínima de ámbito mundial. Puede así abordar con optimismo el siglo que se inicia » (Presentación de la Declaración por el Director General de la OIT,
Michel Hansenne).
El Programa InFocus Sobre la Promoción de la Declaración, creado en 1999, generó una nueva categoría de proyectos de
cooperación técnica, cuyo diseño y financiación está a cargo de la OIT.